viernes, 29 de enero de 2010

Un espacio y un tiempo especial 2ª Parte

No nos apartábamos del objetivo ,consistente en llegar a la aldea de los Pinaxes y resultaba evidente el cómo se nos radiografiaba para ver si se nos concedía el permiso ,claro esta que no oficial ,sino el de las reglas marcadas por el terrateniente y su gente .Nos trataron con una amabilidad especial ,pero las desconfianzas eran mutuas.Una cámara de fotos con sus distintos objetivos ,resultaba una amenaza que mejor dejar apartada y mejor intentar pillar a la distancia con el tele de 800 .
Nos ofrecieron un almuerzo consistente en descubrir el gusto del cerebro de un sebú y a tragar como si fuera un impuesto de buena voluntad para poder seguir avanzando en la confianza.Tras muchísimas copas y tiros al aire por parte de los protectores del señor Murilo ,un descanso con caminata junto al río y a tratar de relajarse porque la emoción estaba servida .Mucho ayudó el efecto argentino-tango para ablandar el clima y tras la aprobación del terrateniente para que se nos llevara hasta la aldea ,nos enfilamos al jeep que nos llevaría hasta el  objetivo que pretendíamos.
Todo pasa por transiciones,de la gran ciudad como Brasilia ,con su arquitectura y urbanismo marcando futuro ,a   pueblos crecidos sobre sí mismos ,con pocas personas ,costumbres que se metamorfosearon entre una naturaleza absoluta y rastros de una civilización pujando por encontrar su formato.Así ,hasta llegar a otra forma de vida ,donde manda lo natural y de ahí ,hombres y mujeres con nuestro mismo esquema de ADN ,pero con el ancestro de una cultura muy diferente.Gestos,miradas,sonrisas diferentes ,un lenguaje que no comunica si no es a través de uno de los hombres de Murilo que nos hace de intérprete y consejero .La sonrisa de los niños es pura ,cualquier situación sirve de excusa para redibujar los labios en alegría.Cosas tan mínimas,como máximas ,la elección de una buena madera para hacer un arco ,un hueso o una espina para esculpir una flecha ,una rama ,una soga de cáñamo que sirve para armar un mundo.Arte ancestral para cobijarse y convivir con una naturaleza pura donde el sol y la lluvia son diferentes ,saben aparecer y desaparecer sin timidez o con resguardos hacia un hombre armador de sociedades diferentes y tan creídas de superioridad.El aire visita los pulmones con la frescura de un lugar del mundo donde el oxígeno se expande generosamente.La gama de intensos verdes pinta el cuadro viviente ,como si quisiera mostrar el origen de una intención divina y totalmente opuesta  a tantos rincones de un planeta y una historia a contramano.
Tres niños ,entre 8 y 10 años,ajustaban sus arcos de viejo roble ,enseñándose entre sí las habilidades de la cacería y nos acercamos tratando de no interferir.Uno de los chavales puso un arco en mis manos y me entrego una larga flecha de unos 2 metros .Ni siquiera podía flexionar la larga y espigada madera del arco ,las sonrisas de los chicos delataban mi desconocimiento de lo que parecía tan simple.Le pase el arco y la flecha a Mauricio y tampoco lograba flexionar y mas sonrisas de los chicos ante nuestra ignorancia.Con un movimiento ágil y seguro,uno de los indiecitos apunto a un mono que estaba a unos 50 metros y vimos caer al  pequeño simio con la flecha clavada .Luego ,los tres chicos se dispusieron a mostrarnos lo que para ellos resultaba tan fácil.
Un buen y justo trueque ,me permitió cambiar la ropa que llevaba por arco,flechas,collares ,una hamaca de cáñamo y la limitación de no poder sumar algo mas que recuerdos ,por las propias limitaciones del vehículo que nos retornaría al punto de partida y que debía dar prioridad a lo imprescindible .
Quiero guardar como secreto en el alma ,ese capítulo dentro de una aldea ,dicen que así se preserva mejor lo que alimenta y el tiempo transcurrido me confirma ,tal tatuaje con tinta de esencia ,que hay huellas que no son casuales y que persisten como la mejor brújula.
En tiempos en que un GPS o un teléfono móvil ,resultarían escenas futuristas de ciencia ficción ,un simple mapa de papel ,nos ubicaba en la escala del planeta y no poca reflexión.Un sólo hilo rojo de tierra denominada Rodovía TransAmazónica representaba mucho mas que un desmonte para abrir camino ...si esa brecha se cerrara de golpe ,el retorno se transformaría en utopía.Pero el camino estaba y había que retornar ,los tiempos estaban pautados ,todo estaba minuciosamente estudiado y calculado ,salvo los límites de la emoción.
Una y otra vez la lluvia que es algo mas parecido a un diluvio ,como una gota gigante
Sentirse como si la vida comenzara hoy ,una nueva visión que regala la idea de creer.