sábado, 11 de diciembre de 2010

Espuma de café



Se sentó en la mesa mas apartada , tomando distancia de los que en la cafetería se sentaban a compartir el sentido de una conversación, mas allá de un ocasional té o café.Observó el cuadro de aquél espacio  cobijado del frío exterior , en que los edificios atravesaban los cristales, devolviendo brillos de luces que junto a las guirnaldas navideñas ,dibujaban la procesión festiva de un año a punto de extinguirse.
Sonrisas de cuatro amigos festejando alguna ocurrencia, los ojos de un hombre, atentos a la mirada del objetivo femenino a quien apuntaba con gestos de seducción,posiblemente a la espera de una confirmación de amor en despegue, otra pareja de ancianos en silencio, esperando al tiempo sin tiempo, un matrimonio delatado por alianzas que con miradas bajas denotaban la posibilidad de una reconciliación en proceso de mantenimiento de alianzas...Dos camareros en constante movimiento, en idas y venidas, dando ritmo y aromas al recinto que se resistía a caer en la metamorfosis de los cambios.
Optó por un café cortado, aunque le hubiera dado igual, un té, o una copa de Ginebra ...dijo "un cortado" como si el mismo estuviera "cortado" para saber realmente lo que deseaba o lo que tal vez, no deseaba.

Habían pasado muchos años ...era el mismo lugar, no había buscado realmente la mesa apartada , sino que quiso encontrar la misma mesa que en el recodo daba cierta privacidad para una declaración.Recordó su timidez como cúmulo de temores que pudieran asestar derrota a la ilusión, pero era el momento porque se lo había propuesto como regalo de Navidad , como comienzo de un nuevo año acompañado de una mujer a la que comenzó a amar desde que había descubierto en sus ojos, el lenguaje encriptado de una empatía que iba mas allá.Quería que fuera un regalo para ambos, sin necesidad de mas envoltorios que ese primer beso diferente que como visado en pasaporte, los transportaría al compromiso irracional de un sentimiento.

Daba vueltas a la cuchara, como si fuera la manivela de una moviola  que  le traía los fotogramas de un tiempo anclado, sin querer apartarse y tal vez ese lugar tenía el secreto de los fantasmas, como si estos pudieran liberarlo y poder así abandonar esa soledad que le hacía tener que convivir con el recuerdo encarcelado, en lo que no había sido final de esencia, sino de circunstancia.

Recordó el momento en que subió al avión sin querer mirar atrás para ver su rostro, mordió el  sentimiento para no retroceder y partió.Pensó y creyó que tras asentarse, merced a la beca, luego podría retornar con la seguridad necesaria para sustentar otros sueños.Las cartas iban y venían con la asiduidad que cómo pilares de un puente, trataban de mantener ese flujo profundo de amor que había crecido mucho más con el filo de  extrañar.Las cartas de ella fueron cada vez mas escasas y hasta el mensaje encriptado ,quería decir algo que ninguno quería traducir en verdadera magnitud, ni para sentenciar, ni para resignar, pero algo había cambiado.El siguió escribiendo y desgranando el deseo de volver y cada día ,lo sentía como una cuenta atrás para el retorno y resistía ante la posibilidad de un puesto por el que lo había apostado todo.Se trataba de esperar un año.Le escribía sobre sus ilusiones, de ese momento de llegar al aeropuerto para fundirse en un abrazo al que no soltaría nunca mas los brazos...pero las cartas de ella dejaron de llegar, ni siquiera ,la respuesta a cuando el le avisó que regresaba.

Bebió a sorbos el café , como si tragara al propio tiempo.Volvió a mirar a través de los ventanales, de nuevo recorrió con la mirada al local.
No quiso ni por un instante pensar en lo que habían sido sus últimos 9 años de matrimonio, extinguido en su propio apagón, sin malas huellas, porque el capítulo se había cerrado y sólo pretendía mirar a una nueva hoja en blanco, pero las páginas iban hacia atrás.

Llamó al camarero para pagar .
Vió que muy cerca de su mesa, una mujer  sentada con su soledad...revolvía una y otra vez el café...