PREFIERO AMOR

Lucía y Horatius estaban disfrutando por primera vez de lo que el fuego interior reclamaba desde hacía mucho tiempo.
Amor a la intemperie, con vista al volcán humeante y al que no daban mayor importancia.
Lo único que podían escuchar era el lenguaje sin palabras que generaba el diálogo corporal.
Hasta el temblor de la tierra les parecía propio, incluso el aliento apoderado de azufre transitaba por las bocas como si fuera parte del aire especial de los instintos.
La columna de humo se había transformado en apenas minutos, en el drenaje visceral de la tierra, sin embargo, la pareja no podía escapar al placer de su fusión.
Los gritos desesperados se ahogaban bajo la masa candente, sin dar ninguna tregua.
Toda la ciudad se había paralizado en un instante.
Posiblemente, ni se enteraron de la furia incandescente y prefirieron ser una estatua disimulada, eternizando un amor inocente.