jueves, 11 de enero de 2024

 SALA LLENA


Había logrado materializar su sueño, hacer un unipersonal , una obra que representaba tres días por semana ,en una multisala céntrica..El argumento se basaba en su propia historia que partía desde aquel adolescente lector tanto de clásicos de Lorca, Ibsen, Lope de Vega, como del teatro existencialista de Sartre o Camus y que sin embargo fue atrapado por la industria de la telenovela y las obras superficiales de guion previsible. Seguidamente fue insertándose más en lo que era su profesión de actor que había cultivado en la Escuela Nacional de Arte Dramático.

Ya con muchos años de carrera, aunque difuminado en el famoseo de otros tiempos, logró montar su propia obra a la que denominó “TEATRO”.

El guion se centraba en el espacio teatral, el tiempo real de la emoción, como un escape hiperrealista dentro de un mundo real.

En una escena expresa :
“Mientras todos afuera lloran, aquí podemos reir, enjaulados en nuestra libertad..
Mientras todos afueran rien y se mofan de los que lloran, nosotros compartimos un silencio en espera”

Durante un par de años, la pequeña sala siempre estuvo normalmente llena, pero la situación había cambiado , haciendo que ese mundo real fuera la propia obra dramática .

Cuando entraba al complejo de salas, por lo general, una hora antes, solía preguntar como iba la taquilla, a lo que se le respondía con un pulgar hacia arriba.
A partir de ahí, era actuar bajo un contraluz y por respuesta el aplauso final que resonaba en proporción a la asistencia.

Ya no preguntaba como estaba la taquilla, simplemente actuaba y esperaba el aplauso final que semana a semana iba menguando hasta que un día al terminar la obra, no escuchó un solo sonido, espero que se encendiera la luz y vio que no había nadie en la sala.
Al día siguiente se repitió el silencio y nuevamente, la sala vacía.
Por lo general, cuando salía del teatro, subía al autobús y se iba directamente a su casa. Esta vez decidió caminar. Observó cada local, bar, restaurante , tienda .No había clientes , solo dependientes en espera, mesas en espera, productos en espera, hasta remedios en espera.
Se detuvo en un puesto de periódico y leyó un titular que lo sacudió como si fuera parte de la letra de ese guion maldito de la otra realidad :
“Se ha cerrado la Escuela Nacional de Arte Dramático por decreto del gobierno”.
Sintió que ahora,  él era espectador de la obra trágica.

Los transeúntes caminaban como zombies, como buscando lo que sabían que no iban a encontrar pero necesitaban caminar, moverse, sentirse vivos.
Como si un golpe eléctrico le hubiera enviado un mensaje, comenzó a invitar al teatro,a  todo aquel con el que se cruzara , no desechaba a nadie, casi bajo un estado de euforia, los invitaba a que en una hora disfrutaran gratuitamente de la obra.

Tras la agitada iniciativa, llegó casi a la hora y observó al encargado de la taquilla que le levantaba el pulgar con una sonrisa.

Se subió al escenario y esta vez pidió que bajaran las luces, quería ver al público, la sala, estaba llena.
El cierre de la obra lo improvisó saliiéndose del guion:


 —Cada vez que sientas que estas solo, o que te han abandonado, o que te han arrebatado tu libertad real, recuerda que el teatro es principalmente, “compartir” , es un díalogo entre butacas y escenario, entre autor y espectador, entre actor y público, entre tú y Tú y Tú...entre el Teatro y todos nosotros.—


Se pusieron de pié y comenzaron a aplaudirse los unos con los otros, los otros con el actor, el actor con ellos. Salieron a la calle sin dejar de aplaudir y fue como un mágico contagio que generó que desde aquella pequeña sala, se fuera expandiendo con las manos, lo que habían dejado de creer con las palabras.